¿Si podemos producir nuevas células, a través de las células madre como podríamos emplearlas para ayudar a las enfermedades neurológicas ?
Las células madres serían capaces de diferenciarse a cualquier
estirpe celular, y presentan así la potencialidad de remplazar a todas las células
de cada tejido y órgano como el corazón, páncreas y sistema nervioso.
Los abordajes
terapéuticos con células madre se concibieron como terapias regenerativas, con
el objetivo de que las células trasplantadas en el sistema nervioso central
(SNC) substituyeran las células perdidas, de forma que el SNC recuperara de
nuevo su funcionalidad. Los mayores avances se relacionan a las
enfermedades degenerativas como el Parckinson.
En varios modelos
animales de enfermedades neurodegenerativas y de lesión medular se ha
demostrado que las células madre tienen capacidad para integrarse en el tejido
del huésped, diferenciarse y reemplazar parcialmente el tejido dañado,
mejorando los defectos funcionales.
Existen diversos
tipos de células madre según el tejido de procedencia. Las células madre que se
aíslan del sistema nervioso adulto son conocidas como NSC y pueden
diferenciarse a cualquier célula de linaje neuronal o glial. También se
pueden aislar células madre adultas de la médula ósea, donde se separan dos
poblaciones, las hematopoietic stem
cells (HSC, «células madre
hematopoyéticas») y las mesenchymal stem
cells (MSC, «células madre
mesenquimales»).
Recientemente se
ha conseguido transdiferenciar células madre de la médula ósea a NSC, las cuales se
han diferenciado a glía y neuronas.
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