viernes, 8 de julio de 2016


¿Si podemos producir nuevas células, a través de las células madre como podríamos emplearlas para ayudar a las enfermedades neurológicas ?

Las  células  madres serían capaces de diferenciarse a cualquier estirpe celular, y presentan así la potencialidad de remplazar a todas las células de cada tejido y órgano como el corazón, páncreas y sistema nervioso.

Los abordajes terapéuticos con células madre se concibieron como terapias regenerativas, con el objetivo de que las células trasplantadas en el sistema nervioso central (SNC) substituyeran las células perdidas, de forma que el SNC recuperara de nuevo su funcionalidad. Los mayores avances se relacionan a las enfermedades degenerativas como el Parckinson.



En varios modelos animales de enfermedades neurodegenerativas y de lesión medular se ha demostrado que las células madre tienen capacidad para integrarse en el tejido del huésped, diferenciarse y reemplazar parcialmente el tejido dañado, mejorando los defectos funcionales.


Existen diversos tipos de células madre según el tejido de procedencia. Las células madre que se aíslan del sistema nervioso adulto son conocidas como NSC y pueden diferenciarse a cualquier célula de linaje neuronal o glial. También se pueden aislar células madre adultas de la médula ósea, donde se separan dos poblaciones, las hematopoietic stem cells (HSC, «células madre hematopoyéticas») y las mesenchymal stem cells (MSC, «células madre mesenquimales»).

Recientemente se ha conseguido transdiferenciar células madre de la médula ósea a NSC, las cuales se han diferenciado a glía y neuronas.


 

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